Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.
En términos futboleros, cuando la “locura de las fases” del fin de semana había culminado, y mientras sufría con la derrota de River ante Banfield en la tarde del domingo, el funcionario municipal resumía las horas vividas. “Nos clavaron un penal en el último minuto, Guillermo (por Montenegro) pidió el VAR y se retrotrajo la jugada. Pero igual no hay nada para festejar”, graficó. Tras 48 horas de incertidumbre, el domingo al mediodía las autoridades municipales pudieron confirmar que Mar del Plata seguiría en fase 3, tras enterarse, el viernes a la noche, y por los medios (en el caso de Montenegro, mientras cenaba en familia viendo el programa Intratables), que al ingresar a los distritos de alerta epidemiológica, inexorablemente según lo dispuesto por las autoridades sanitarias nacionales, General Pueyrredon comenzaba a transitar el camino directo hacia la “temida” fase 2. La reacción del intendente y el diálogo con las autoridades nacionales y provinciales, en torno a la real ocupación de camas de terapia en esas horas, lograron al menos “congelar” esa decisión que castigaba especialmente al sector gastronómico.
Lejos de tentarse con ser protagonista de una pulseada política, e incluso desoyendo a encumbrados funcionarios de su propia tropa, el jefe comunal volvió a apostar al diálogo para intentar encontrar una solución a lo que él consideraba una medida injusta. Si el pase a fase 2 se debe dar con un 80 por ciento de ocupación de camas de terapia, y en ese momento en Mar del Plata esa cifra llegaba al 64 por ciento, las autoridades municipales buscaron “corregir” lo que en el mejor de los casos se leyó como un error de información por parte del Ministerio de Salud de la Nación. Las mismas autoridades provinciales se sorprendieron el viernes a la noche cuando desde Nación se instalaba a Mar del Plata en zona de alerta epidemiológica. Tal es así que pocas horas antes, el ministro de Salud, Daniel Gollan, resaltaba que Mar del Plata, “todavía no ha replicado lo que pasa en el AMBA”. Lo cierto es que nunca se va a saber si todo se trató simplemente de un error o si el diablo metió la cola…
“Durante toda la pandemia no generé nunca una discusión que tuviera que ver con lo político o partidario, sino con la defensa de mi ciudad. No fue una discusión política, fue una charla buscando cómo consensuar. Nadie quiere generar una discusión política en medio de la pandemia”, sostuvo el intendente en declaraciones periodísticas, poco después del final de toda esta novela. Y aseveró que estamos en una situación compleja. “Por eso -indicó- trabajamos permanentemente pensando en lo que tiene que ver con la salud, el laburo y la presencialidad”. En tanto, en el marco del tradicional informe epidemiológico de los martes, el ministro de Salud dijo hoy que el gobierno provincial anunció que trabaja en la redefinición de los parámetros para considerar que en una zona hay un 80% de ocupación de camas. Gollan dijo que mientras la razón y la incidencia de los contagios (los indicadores que se miden cada 14 días) se establecen por municipio, la ocupación de camas se tomará en cuenta por región. “No se pueden medir por municipio”, dijo el ministro. “Para poner ejemplos claros: si nosotros tomamos Bahía Blanca, las camas del Hospital Interzonal no son de la población de Bahía Blanca: son de una zona mucho más vasta”, indicó.
Lo cierto es que el límite sigue siendo muy finito. Hoy el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva es el número al que todos prestan atención en los despachos del gobierno municipal, provincial y nacional. Es un número que cambia día a día. El lunes a la mañana, por ejemplo, aquel 64% del sábado ascendía al 66,17%. Ese martes a la mañana era del 69,46% “No nos sobra nada. Por el contrario, hay que extremar las medidas y más que nunca apelar a la responsabilidad de todos. Nadie puede garantizar en el marco de esta pandemia que el número de internaciones no crezca y la semana que viene ese 80% sea una realidad con lo que Mar del Plata ingresaría a la fase 2 con las restricciones que ello implica”, se señalaba cerca del intendente, quien en la tarde del domingo, luego de haber “gastado” el celular, advirtió que la situación “puede cambiar de un día para el otro”.
Al menos en tres oportunidades Montenegro dialogó telefónicamente, entre el sábado y el domingo, con el presidente Alberto Fernández. En el primer contacto, el jefe de Estado le recomendó que le brindara un informe a la ministra de Salud, Carla Vizzotti. En esa charla entre Vizzotti y Montenegro, se buscó determinar cual fue el origen de la información que consignaba que la ocupación de camas era de un 80% cuando en el sistema oficial de la provincia de gestión de camas daba un 64% en cuidados intensivos. “Hoy no cumplimos con los criterios objetivos que determinan esta medida y por eso estamos pidiendo la revisión de estos datos”, le dijo el intendente, frase que reiteró en un tuit que hizo público momentos después. También intercambió mensajes por Whatsapp con el gobernador Axel Kicillof, y habló tanto con el jefe de Gabinete de la Provincia, Carlos Bianco, como con el ministro de Salud, Daniel Gollan en reiteradas oportunidades. Con Bianco, las charlas telefónicas se repiten semana tras semana. De hecho, antes de cualquier cambio de fase o modificaciones, el funcionario provincial se las venía comunicado y anticipando al intendente. Este fin de semana eso no había sucedido. La decisión de Nación, cabe destacarlo, sorprendió a todos.
Mientras el mismo domingo se debatía si Mar del Plata tendría el lunes clases presenciales o no -entre otras actividades- no dejaba de llamar la atención el silencio sepulcral de la clase política lugareña. Salvo una o dos excepciones, no hubo ni concejales, ni dirigentes partidarios que se expresaran a favor o en contra de las modificaciones que se estaban discutiendo. Tampoco manifestaciones de sanitaristas, médicos o especialistas que suelen tener siempre propuestas superadoras resumidas en 140 caracteres. Paralelamente, en otro diálogo directo con el presidente, el intendente insistía en la necesidad de revisar la medida. “Cuando el sistema de salud esté en peligro seré el primero en cerrar todo. Ya lo hicimos en el inicio de la pandemia y lo volveremos a hacer cuando sea necesario”, le confiaba Montenegro a su amigo Alberto Fernández. “Cerrar este lunes me deja a 20 mil personas sin laburo”, expuso el intendente en esa extensa charla. Cuando finalmente, se consensuó entre la Nación, la Provincia y la comuna que General Pueyrredon continuaría en fase 3 -a diferencia de Bahía Blanca que pasó a la 2-, en el gabinete municipal respiraron aliviados. “Por ahora queda todo igual”, repetía el secretario de Producción, Fernando Muro, a todos los que lo llamaban por teléfono en busca de novedades.
No obstante, hubo tiempo para más sorpresas. El domingo a la noche, el gobierno provincial dio a conocer el decreto que reglamentaba la nuevas disposiciones en consonancia con lo decidido por la Nación. Se establecía allí oficialmente que General Pueyrredon continuaba en fase 3, pero al analizar el contenido de la resolución, se publicaba en la web de LA CAPITAL que se sumaban nuevas restricciones no vigentes hasta la semana anterior. Así, en la fase 3 se contemplaba ahora el cierre de gimnasios, natatorios y cines, entre las medidas salientes, según interpretaban los periodistas de este medio al recibir la notificación oficial. El lunes los gimnasios abrieron. “Nos enteramos por los medios. Estamos desorientados e indignados”, afirmó Ariel Catalbiano de la Cámara de Gimnasios de Mar del Plata, en dialogo con LU6 Radio Atlántica. La publicación de la noticia, a las 23 del domingo, volvió a sorprender no solo a los funcionarios municipales sino también a quienes resultaron damnificados con las nuevas prohibiciones.
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“La Provincia determinó que no pueden abrir gimnasios, ni cines ni natatorios y tampoco habrá deportes en espacios cerrados. Nosotros vamos a controlar y exigir que se cumpla”, resaltó minutos mas tarde el intendente Montenegro en charla con María Delia Sebastiani por LU6. Sabe el jefe comunal que desde la Provincia se le exigirá que se hagan cumplir las disposiciones. Y más aun tras las conversaciones del fin de semana. “Mirar para otro lado sería avalar la rebeldía, y más aun si en el futuro hay que cerrar otras actividades. No es tiempo para avalar decisiones anárquicas. Las reglamentaciones están para ser cumplidas. Aunque no nos gusten”, resaltaba por su parte un vocero del gobierno de la provincia. “Si los gimnasios y los clubes no cumplen, será porque desde la intendencia los dejan”, sostenían desde La Plata. “Para los que no entienden la gravedad de la situación, queremos aplicarles multas bien altas. Para que con el bolsillo entiendan lo que con las neuronas no”, resaltó este martes el jefe de Gabinete, Carlos Bianco.
Mientras, desde la comuna se decidió una vez más apelar a la responsabilidad ciudadana. “Los padres tienen que entender que todos estamos cansados y queremos que nuestros hijos disfruten, pero no es el momento para que los hijos vayan a una fiesta”, enfatizaba Montenegro en su charla con María Delia. El fin de semana, justamente, la comuna había desarticulado 26 fiestas clandestinas. Sobre la postura de los gimnasios y natatorios de rehusarse a cerrar, Montenegro dijo que hay que tener clara la situación que estamos viviendo. “Hay sectores muy afectados, pero es momento de acompañar todas esas actividades. Hay que ser solidarios con los otros comerciantes”. El municipio comunicó que natatorios y gimnasios no deberán abonar las tasas municipales durante el período en que permanezcan cerrados, en principio, hasta el 21 de mayo próximo. Saben que no alcanza para contener la bronca -“cumplimos con los protocolos y nos quieren cerrar y fundir pero diez tipos pueden jugar al papi fútbol sin barbijo”, señaló el propietario de un reconocido gimnasio- pero tampoco hay margen como para avalar un acto de rebeldía.
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Quejas que se multiplican. El Obispado tildó las nuevas restricciones de “excesivas y desproporcionadas”. Desde la diócesis de la ciudad expresaron su desacuerdo con la suspensión de las actividades religiosas presenciales, pero aclararon que adherirán a lo dispuesto por el gobierno bonaerense. “El culto venía siendo celebrado con cuidados extremos, respetando siempre las normas sanitarias”, lamentaron. “Podríamos haber continuado como los museos, a los que permiten continuar abiertos con un 30 por ciento de aforo en esta fase 3”, expresó un vocero del Obispado. Donde no hubo modificaciones fue en la gastronomía -deberán seguir atendiendo en el interior con el 30% de aforo-, lo cual fue recibido con alivio por el sector, ya que el pase a fase 2 “hubiese sentenciado a muerte a muchos locales”, afirmaron.
Lo sucedido con el pedido marplatense de revisión de las medidas tuvo repercusión nacional. De hecho, tras el caso Mar del Plata, el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, volvió a la carga contra la Rosada y elevará al Gobierno Nacional un pedido para que se deje de considerar a esa región como de “alto riesgo epidemiológico”. El objetivo es garantizar las clases presenciales. El argumento del gobernador y de los intendentes es que en la provincia se derivan muchas personas de localidades chicas a centros urbanos mejores preparados, como Rosario. Esto hace que los números de alguna manera se disparen, por lo que es necesario cambiar los parámetros de calificación que evalúa cuáles son las zonas de riesgo. En sintonía con la posición de Montenegro, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, dijo que “no es lógico establecer desde el AMBA los parámetros de corredores sanitarios”. Por otra parte, el fallo de la Corte avalando la decisión adoptada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en relación a las clases presenciales, deja la puerta abierta y sienta un precedente para que medidas similares se adopten en otros gobiernos provinciales.
Si bien en la semana que finalizó Mar del Plata registró un leve descenso de casos -2.084 contra 2.206 de la anterior- en consonancia con lo sucedido a nivel provincial donde hubo un 18% menos de contagios según informó el ministro de Salud, Daniel Gollan, no deja de preocupar lo que está sucediendo con la circulación de las nuevas cepas, especialmente la de Manaos. “Se dispararon las consultas, la internación y la ocupación de camas con pacientes jóvenes con cuadros graves”, indicaban desde la Clínica 25 de Mayo. “Estamos convencidos de que las nuevas cepas están circulando. Esto complica la transmisibilidad. Tenemos jóvenes que en 2020 lo atravesaban en su casa y hoy deben internarse con cuadros graves en terapia”, referían desde la Sociedad de Infectología. Negar la circulación de las nuevas cepas en el distrito sólo era para necios o desinformados.
Sólo una vez realizados los análisis correspondientes se podrá determinar cuál es el porcentaje de contagiados de Mar del Plata con las nuevas cepas. “Hay un incremento de pacientes jóvenes sin comorbilidades, con cuadros graves y largos períodos de internación, lo que nos hace creer que se debe a las nuevas cepas porque el año pasado no ocurría”, se coincide en señalar en las clínicas locales. Cabe recordar que en el sur del conurbano el porcentaje de contagios con la cepa Manaos es del 33%, en La Plata el 74% y en otras ciudades bonaerenses el 20%. ¿De cuánto será en Mar del Plata? Pero si algo faltaba para confirmarlo, bastaba con leer los diarios mendocinos. Un contingente de jubilados que viajó a mediados de abril; desde Mendoza a Mar del Plata, fue el desencadenante de un brote de contagios con la cepa Manaos en la ciudad de General Alvear de esa provincia, se informó. Este martes, en tanto se estableció que se detectaron en Mar del Plata 10 infectados con las cepas del Reino Unido y de Manaos. Fue confirmado por el director ejecutivo de Zona Sanitaria VIII, Gastón Vargas, quien indicó que con estos datos aún no se puede hablar de una transmisión comunitaria, pero señaló que “los dos casos aislados que se dieron a conocer” en un principio no fueron los únicos.
La segunda ola del coronavirus dejó en abril un saldo de 7.683 contagios en Mar del Plata, 186 muertes, un crecimiento de la internación del 300% al tiempo que se superó el máximo histórico de casos activos. A la vez, 5.985 pacientes recibieron el alta y se aplicaron el mes pasado más de 70 mil vacunas. La edad de los pacientes internados disminuyó 5 años en Mar del Plata. ¿Ya pasó lo peor? Difícil establecerlo. Sin embargo, hay sanitaristas que sostienen que se está por superar la segunda ola, tal el caso del médico y asesor presidencial Luis Camera. “Si bien seguimos con el agua hasta el cuello y el sistema sanitario está estresado y tenso, podemos decir que no hemos caído en el colapso pero estamos en la orilla”, graficó. El profesional de la salud insistió en la necesidad de seguir cuidándonos. “No nos podemos relajar como nos pasó el año pasado. En diciembre -recordó- veníamos registrando un descenso importante de casos pero hubo una serie de manifestaciones sumado a la época de las fiestas que causaron un rebrote, que puede tomárselo como un tropezón, pero que se llevó a 14 mil personas”, sentenció.
Un panorama similar, aunque en estricto off the record, planteó un reconocido epidemiólogo de este distrito. “No podemos relajarnos de ninguna manera pero tengo ciertas esperanzas de que lo peor en Mar del Plata haya pasado o esté pasando en estas horas. Hemos tenido el pico del verano y luego las consecuencias de Semana Santa. En ambos casos, Mar del Plata recibió a miles y miles de visitantes. Los próximos días, te diría las próximas dos semanas, serán claves para establecer en qué lugar estamos, dónde estamos parados. En teoría deberíamos alcanzar el pico en estos días pero sin que se disparen los casos. Y muy lejos, más bien lejísimo de los 700 diarios que había pronosticado la Escuela de Medicina”, reflexionó. Y fue más allá al consignar que “en julio o agosto seguramente afrontaremos la tercera ola y sería clave y fundamental que en esa instancia tengamos vacunados a aproximadamente 350 mil marplatenses y batanenses para poder hacerle frente”, reveló mientras, indignado, se refería a las desigualdades mundiales registradas con la vacunación. “Ves en la tele que en Estados Unidos vacunan en la playa y les pagan a los jóvenes para que acepten inmunizarse mientras en la India se acumulan los cadáveres en las calles por falta de medicamentos… Las lecciones siguen sin aprenderse y nada ha cambiado pese a vivirse la peor pandemia en más de cien años”, enfatizó.
A todo esto, una altísima fuente del gobierno nacional adelantó a LA CAPITAL que, para que no suceda lo vivido en Semana Santa, se decidirá suspender el turismo durante el feriado puente del 24 y 25 de mayo. Paralelamente, se conoció una encuesta de la consultora Management & Fit dirigida por la marplatense Mariel Fornoni cuyos resultados no hacen más que ratificar la profunda grieta que divide a los argentinos. El 45,57% de los consultados no apoya las medidas restrictivas anunciadas por el Gobierno nacional, al tiempo que el 50,5% está a favor de las mismas. Además, el 50,9% dice que debe haber presencialidad en las clases y el 45,4% refiere lo contrario. Sin embargo, ante la consulta acerca de cuál considera que es el principal problema del país en estos momentos, el 32,2% menciona a la corrupción, el 20,6% a la inflación y la suba de tarifas, el 13,4% a la pobreza y el 12,4% a la inseguridad. Guarismos que se vienen manteniendo en las mediciones desde enero pasado, aunque en abril aumentó levemente la mención a la pobreza con respecto a la encuesta de marzo.
“Los argentinos están más preocupados por la economía que por el coronavirus”, afirmó Fornoni, indicando que 7 de cada 10 argentinos cree que la economía no va por buen camino, mientras que 6 de cada 10 cree que la situación económica va a ser peor en los próximos meses. En este sentido, la directora de la consultora destacó que “los argentinos están más preocupados por la economía en pandemia que por el virus en sí”. La preocupación por la economía también queda reflejada en cuanto a las inquietudes en relación a la pandemia: si bien ante la suba de casos aumentó el temor sanitario a contagiarse de coronavirus (34,7%), sigue siendo claramente mayor la inquietud por las consecuencias en el bolsillo de la pandemia (53%). En cuanto al nivel de aprobación de la gestión de Alberto Fernández, mostró leves mejoras respecto a marzo. La aprobación a su gestión en general subió de 35,1% a 36,7% y la desaprobación cayó de 55% a 53,1%.